domingo, 10 de diciembre de 2006

DIOS HA SIDO MANIFESTADO EN CARNE

He considerado dentro de la Biblia, la palabra de Dios; Dos textos inte-resantes que nos muestra la presencia de Dios único universal “Dios ha sido manifestado en carne”
1 Timoteo 3:16 Cuando Jesús el verbo de Dios (Palabra) Juan1:1.
Cuando Jesús enseñaba en las fiesta de los tabernáculos, lo censu-raban por su doctrina, Juan 7;:46.

Esta discusión entre los judíos llegó a oídos de los ministriles, sacerdo- tes y los fariseos, habiendo un reclamo por parte de ellos; en que hablaba (vs14-18) para traerlo a ellos y juzgarlo, pero alguno de los ministriles estaban asombrados diciéndoles “nunca ha hablado hombre así como este hombre”. Juan 7;47.

Esta declaración de los ministriles a los Principales de los sacerdotes cuando volvieron a es-piar las acciones y las palabras del Maestro. El informe de los ministriles se supone ser una expresión negativa, perolo dicho es la suprema verdad, porque ciertamente que“ nunca ha hablado hombre así como este hombre Sobre este asunto preguntó, el incidente con sus discípulos cuando navegaban en la mar, habiéndose desatado una grande tempestad, Jesús iba con sus discípulos de un lugar a otro y se asustaron mirando la tempestad y le dijeron a Jesús ¿No tienes cuidado que perecemos? Y Él, Jesús increpó y dijo a la mar “Calla enmudece” Marcos 4:38,39. Aquellos hombres quedaron con mucho temor en sus corazones y se preguntaron ¿Quién es este que aún el viento y la mar le obedece? Marcos 4:41, ¿Quién es este? Ambas expresiones fueron producto del mismo interrogante misterioso que prevalece hasta el presente día ¿Quién es el hombre místico de la túnica blanca? El misterio de la divinidad del Señor Jesús ha sido por más de 20 siglos objeto de un grande conflicto entre el profesante “cristianismo”que no ha recibido, revelación, para entender ¿Quién fué en realidad “Ese hombre”? Son multitudes los “Cristianos” que no han podido entender que: Sin contradicción, grande es el misterio de la piedad: “Dios ha sido manifestado en carne” 1 Timoteo 3:16 Que ciertamente Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo Así. 2 Corintios 5:19. No han podido entender la maravillosa realidad de que Jesucristo es el Señor “es el verdadero Dios y la vida eterna” 1 Juan 5:20.

Este profundo misterio lo anticipó Isaías cuando anunció que “un niño no es nacido “ (es el mismo) ¡Padre Eterno! Isaías 9:6 ¿lo entendió Felipe cuando le pidió al Señor “muéstranos al Padre y nos basta”? El Señor le contestó “el que me ha visto, ha visto al Padre” (Juan 14: 6,11) lo he conocido, el de Tomás quien después de haber visto resucitado, calló de rodillas ante el Señor Jesús, y le contestó diciéndole: “¡Señor mío, Dios mío! (Juan 20:28).
Los primeros cristianos de la iglesia principiaron con los apóstoles, entendieron “el misterio de la piedad” y así lo enseñaron, pero también por la voluntad divina de Dios, se nos ha quitado la venda de los ojos, hasta hoy quedando un remanente a quienes por esa misericordia divina, nos ha sido revelado “para conocer el misterio de Dios, y del Padre y de Cristo en el cual, están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y conocimiento” (Colosenses, 2:2.3)

Para entender que el Dios de Israel es el Dios de la iglesia, que es el Dios del Antiguo Testamento, es el mismo Dios del Nuevo Testamento, que es el Dios terrible que habló a Israel en el monte Sinaí, es el mismo que nos habló desde el Calvario, que es el Dios todo poderoso, es Jesucristo el Señor (Apocalipsis 1:8) Desde que la iglesia principió ha sido principio ha sido edificada y manifestada ante el mundo por el Señor en el día del Pentecostés hace algunos 2000 años, la deidad del Señor Jesús ha sido el Tema de mayor controvercia no ha terminado este misterio, “el misterio de la piedad” continua siendo entre la gran mayoría el que Dios es una trinidad, o una dualidad para otros. El cristianismo confundido no ha podido conocer la verdad fundamental de que la creación entera gira alrededor de declaración hecha por Dios a su pueblo original “OYE ISRAEL, EL SEÑOR, NUESTRO DIOS EL SEÑOR UNO ES” Deuteronomio, 6:4)